La Real Frikipedia Española define a los emos como insectus rastrerus golpeablus. Aunque lejos de tratarse de una descripción incierta y en un latín pobre y macarrónico, quizá sería mejor definir al "emo" como: "ser fácilmente irritable e irritante, incapaz de afrontar las contrariedades de la vida, elemento que amenaza constantemente con quitarse, ya sea por (injustificada) desesperación o, simple y llanamente, por atraer la atención de las masas, objetivo que nunca consigue".

Los emos son una especie de tribu urbana que se ha visto incrementada inexplicablemente en los últimos años, llegando a ser una tendencia "súper-cool-de-la-muerte-que-te-cagas" entre los jovenzuelos y jovenzuelas más influenciables, amén de ser los más estúpidos/as. Pero... ¿quiénes son? ¿Cómo son? ¿Por qué nos interesa semejante giliflautada?

Empezando por el principio de los tiempos, como diría el gran Manolito Gafotas, los emos nacen (o, más bien, surgen como los champiñones venenosos) a finales de los ochenta, con una corriente musical tan horrible como infame. El término "emo" viene de "emocional" (originales como pocos, los tíos), y es ideal para definir su carácter puesto que, a la mínima decepción o rotura de uña, ya se quieren suicidar porque el mundo es una mierda y súper injusto, o sea. Normalmente son niñitos de papá malcriados que suspiran por ser populares, fingiendo ser desgraciados e incomprendidos, y recurriendo al "suicidio" como vía de escape de sus insulsas vidas. Ha habido casos en los que han llevado a cabo sus propósitos; estos son los emos de verdad, lo grandes, los héroes que se han quitado la vida por una causa tan patética como idiota, pero que han librado al mundo de su presencia en la Tierra y nos han hecho un gran favor. Por desgracia, estos no abundan en el mundillo. Al contrario, la gran mayoría realizan sus intentos de suicidio mediante técnicas que ya se han hecho célebres. Las más comunes son:

- Cortarse las venas con una cuchilla sin afilar.

- Cortarse con la cuchilla afilada, pero a kilómetros de las venas, no vaya a ser que acierten.

- Realizarse cortes profundos en los brazos, pero en horizontal, no vaya a resultar que se desangren y mueran (que es lo ultimíssssimo que querrían).

- Tirarse desde un primer piso (cientos de casos patéticamente reales).

- Hacer manifestaciones para cortarse las venitas y acabar rajándose (aunque no literalmente, por desgracia).

Por estas múltiples hazañas, la gente de a pie les profesa un odio irracional que ha ido creciendo con el paso del tiempo. Se han dado casos de palizas a emos a plena luz del día, sin nadie que saliera en su defensa pero... ¿acaso no se lo han buscado, amigos thisismadniacos, con su actitud pedante e infantiloide y sus pintolas ridículas? Porque, como bien sabréis, son fácilmente reconocibles, gracias al flequillo, tan negro como interminable, que les cubre la mitad de la cara; a su ropa, de color negro y rosa, repleta de calaveritas cursis con corazones. Un hecho reseñable, al mismo tiempo, es la dificultad que existe a la hora de distinguir a un emo "masculino" de uno femenino, como vemos en la siguiente imagen:

Pues bien, colégolas, tras este primer acercamiento a la susodicha subculturilla infame, pasaremos al tema que realmente nos ocupa: el impío descojono.

Repolocho realizó en su día una viñetita (quién sabe si por la inspiración durante una apasionante clase de Prehistoria o, sencillamente, porque le salió de la alcachofa) en la que una bolita simpática y con flequillo sufría el ataque de otra, aparentemente hasta los huevos, que disparaba sin miramientos una pistola gigante, mientras otra, más feliciana e inocente, celebraba la cruenta masacre.

He aquí el boceto original:

Este dibujico, que no tenía más pretensión que divertir, dio lugar a una idea tan genial como demencial: La serie del MUNDO EMO.

>> Comencemos pues, y sin más dilación, con esta locura<<