24/4/10

AC/DC toca dentro de un par de meses en el estadio de los mejores amigos de Santander: San Mamés. Es por ello que algunos de los thisismadníacos no quieran perderse la actuación de esta panda de futuros jubilados, unos de los pocos que conservarán su vida y pensión una vez conquistemos el mundo.

Las entradas para semejante acto se ponían a la venta a la mañana del jueves, por lo que un día antes, como buenos thisismadníacos, no teníamos ningún plan para hacernos con tan preciado y rugoso papel. Así pues, sin saber muy bien cómo, una pequeña expedición llegó a la capital vasca al anochecer del miércoles con la intención de no pasar mucho frío y aburrimiento, para que así la desilusión del fracaso de la empresa no fuera completa. Sin embargo, la Fuerza nos acompañó. Esta es la historia de cómo John Karra y Mace Windows se encontraron sin querer en medio de la noche, la lluvia, un toldo y sexo, drogas, más drogas y un poco de rock'n roll.

El comienzo fue prometedor: cual cola de la pescadería, preguntamos por el último. "Vais después de mí, soy el 1058". Un tío majo, 1058. Tenía un perro muy sexy e inteligente. Así conocimos a su compañero 1057, alias "el tío de rojo que no calla", un pastor de árboles o algo así creo recordar que era. Los vecinos 1056, 1055 y 1054 estaban ahí, sin más. En cambio, 1053 era otra historia; se trataba de una cuarentona con muchas ganas de fiesta, aun a esas alturas de la vida, que gastó el esfuerzo que no hizo por levantarse de la silla en hablar y en gritar a 1052 y 1058. Luego llegó 1063 para acompañar a 1056 y compañía.

Oh, la noche se prometía grandiosa, hasta que, no sé bien a qué hora, empezó a caer un buen chaparrón como si DIOS dijera "a ver si es verdad que adoráis a esos paganos", por lo que la compañía jevirula se armó de valor, compañerismo y de morro, para construir una fortificación anti-humedad y aburrimiento. 1059, compañero de los thisismadníacos por ese día, sacó del bolsillo el personaje más popular de la noche: un toldo que te cagas. 1057 hizo algo útil y sacó unas cuerdas y un palo contundente que utilizaba para mantener a raya a sus árboles rebeldes. 1056 y compañía sacaron paraguas para reforzar la construcción, mientras que 1053 sacaba alcohol para favorecer el proceso contrario. 1058 sacó la guitarra, 1055 un bongo (pero no el gungano, evidentemente) y 1052 la droja.

San Mamés, jueves, tres de la mañana. "¿Cómo hemos llegado a esto?" se preguntan los thisismadníacos mirándose mutuamente.

Mientras tanto, la fiesta no decae y el bongo solo aminora el ritmo para apoyar en él, durante apenas unos segundos, un poco de nieve. Así, pasan poco a poco las horas, acompañadas de algún que otro bocadillo, sorbo de café, caladas y paridas. Amanece y con el nuevo día la lluvia se bate en retirada, para dar paso a un gran ajetreo de humanos. La gente siente que el momento se acerca. Lo siente en el alcohol, lo siente en el frío suelo, lo huele en la pompa... De repente, todo son nervios y ansia; la cola de miles de humanos se mueve. Pero no quisiera aburrir a los lectores describiendo cómo es una cola de miles de personas, teniendo en cuenta lo que nos jode esperar, aunque sea en la cola del pueblo para que te den paella...

... así que llegamos, vimos y compramos las entradas.

De este modo acaba esta historia; más cansados que en el peor de los Concilios Thisismadness, con la esperanza de no ver en el concierto a 1057, de hacer otra noticia del evento y de que Repolocho y Darius Herranis, compradores pasivos de entradas, agradezcan a los exploradores semejante aventura.